Las cosas de la vida, hace unos días subimos a la casita de las montañas como yo digo. Al llegar nos encontramos que una yegua estaba pariendo en el prado del lado de mi casa, y la cosa no pintaba nada bien, era primeriza y su potrillo era muy grande. Tenia salidas las patas delanteras y algo la cabeza, pero no habia manera de que saliera, su dueño se encontraba con ella ayudandola pero una persona sola era imposible de estirarlo para poderlo sacar, nos llamó y fuimos enseguida. La yegua se veía agotada entre los tres empezamos a tirar y la madre empezo a caminar deprisa y fuimos por los suelos, volvimos a coger las patas para estirar, pero el aspecto del potrillo era de que ya no estaba vivo, a pesar de todo hicimos otro esfuerzo y conseguimos sacarlo, que gran alegria tuvimos cuando al dejarlo en el suelo el animal respiraba, era precioso. Madre e hijo estaban agotados pero habian superado aquel momento tan dificil, de no haber podido sacar al potrillo hubieran muerto los dos. Estoy inmensamente orgullosa de haber podido ayudar a esta yegua a nacer su pequeño, si no hubieramos estado en aquel momento el dueño solo no lo hubiera conseguido.
Esta es una raza autoctona de la zona del Pallars Jussa (Lerida) procede del breton, de los cuales no quedan muchos. Algunos machos cuando ya son algo mayores los compran en gran parte por la zona del norte de España, los utilizan para las demostraciones de arrastre.
Primeras caricias de mama
Después de cuatro dias de haber nacido duerme placidamente bajo la atenta mirada de su madre y en compañia de mas yeguas con sus potrillos.
Cada dia lo miraba como mamaba y andaba al lado de su madre como si nada hubiera pasado, su andar al principio era un poco torpe ya que nació bastante grande y no era tan agil como los que salen algo más pequeños.Es un macho.
Fue una experiencia fabulosa ya que me gustan mucho los caballos y jamas imagine que pudiera ayudar a una yegua en su parto.
Qué historia más bonita! Ha debido ser una experiencia inolvidable.
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